No acostumbro a hacer este tipo de comentarios, pero la decepción que ayer nos llevamos mis amigos y yo fue de oro olímpico. Pedimos alubias para tres, unas alubias que parecían bucear en agua de castañas; unas alubias a medio cocinar, proceso que tuvieron que finalizar nuestros maltrechos estómagos durante buena parte de la tarde. Y unos pseudo-sacramentos que como bien le dije a la mesonera cuando me preguntó por ellos... "Me voy a callar". Más tristes que los tres tristes tigres del trigal.
No acostumbro a hacer este tipo de comentarios, pero la decepción que ayer nos llevamos mis amigos y yo fue de oro olímpico.
ResponderEliminarPedimos alubias para tres, unas alubias que parecían bucear en agua de castañas; unas alubias a medio cocinar, proceso que tuvieron que finalizar nuestros maltrechos estómagos durante buena parte de la tarde.
Y unos pseudo-sacramentos que como bien le dije a la mesonera cuando me preguntó por ellos... "Me voy a callar".
Más tristes que los tres tristes tigres del trigal.